Facebook y Sun Tzu
Si hay algo que se le escapó a Sun Tzu, el famoso estratega militar chino (722 a.C) autor del libro “El arte de la Guerra”, en sus consejos extraordinarios sobre escenarios bélicos y formas de enfrentarlos, es tocar, lo que serían las guerras virtuales, y como luchar en ese terreno, donde los enemigos son invisibles (un IP sin rostro), y las armas: la palabra escrita, un ordenador, un ipad, o un Smartphone.
Enfrentamientos donde las trincheras son pantallas, y los bunker pequeñas salas, donde el aire acondicionado y el café relajan de tal manera, al combatiente virtual, que está en capacidad de producir los mas mortales episodios, y dejar enclenque un enemigo, que muchas veces ni siquiera sabe de dónde le vino el tiro. Decimos “combatiente” porque nos estamos refiriendo a los hacker o a aquellos “llaneros solitarios”, que enfrentan al mundo, por las razones que ellos han decidido hacerlo. En la web transita gente honorable, sana, profesional, -el articulo no está referido a ellos-.
Se ha puesto de moda el ataque “masivo, y particular o teledirigido”. Con el clic del mouse el enemigo selecciona, -en el primero de los casos-, sin ninguna característica particular, al que escoge como adversario, solo por razones de estar en la pantalla en el momento equivocado, frente a ojos equivocados. Y, -en el segundo de los casos, realiza una selección de alguien, “por algo que no debió decir o hacer”, siempre con ánimo de daño, y como fantasma incapaz de ser repelido subyace enmascarado en algún algoritmo, donde lo único que queda es neutralizarlo en el campo de “los bloqueados”, aunque de igual manera, esto no detendrá la absurda y denodada lucha contra su “elegido”.
Las neuronas parecen vibrar como finísimos alambres derramando toneladas de emociones, para experimentar la “heroicidad” que en la vida real no es posible alcanzar. No hay territorios escabrosos, más que lo que la mente construye en un hermoso diván, quizás mirando tras una ventana, el cielo brillante o el firmamento nocturno que invita a profundas cavilaciones sobre el bien y sobre el mal, -este último en algunos-, el motor de las batallas virtuales.
Y Sun Tzu repite: el arte de la guerra se basa en el engaño; por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad; si está cerca del enemigo, hacerle creer que está lejos, si está lejos, aparentar que está cerca; poner cebos para atraer al enemigo; golpear al enemigo cuando esta desordenado…si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle; si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo;..si las tropas están unidas siembra la disensión entre sus filas…
El engaño, es una estrategia poderosa de la mente para urdir el mal. “…Uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. De estos malos deseos (pensamientos negativos) nace el pecado (el deseo de delinquir, el actuar sin límites); y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo (ejecución), nace la muerte. (Biblia, Santiago 1.13-15). Esto fortalece la tesis del engaño, como fundamento del arte de la guerra, del General Sun Tzu.
Ahora usted no necesita lanzar un Obus, o utilizar una Avtomat Kalashnikova modelo 1947(Aka 47), ni siquiera la lengua, para provocar daños mortales. Solo su mente y un equipo informático, que juntos en un combo perfecto, puede neutralizar, o destruir vidas sin consecuencias en el entorno físico. Casi como una bomba neutrónica, que elimina la gente (la vida), sin causar deterioro material alrededor, más que el cuerpo que lentamente va apagándose, como un triste pabilo nocturno, luego de ser víctima inocente, de una mortífera lluvia de calumnias y planes malévolos y destructores.
Si recibes la invitación de amistad de un contacto sin rostro, investígalo en la web completa, -esto, si te despierta algún interés-, si no, elimínalo de tu folder de amigos. Un sistema de búsqueda y rastreo previo, te dará el alerta necesario para evitarte caer en un avispero, del cual puedes salir muy mal parado. No olvides que la red está poblada de ángeles, pero también demonios, y la estrategia mas conocida, es el engaño.
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