viernes, 28 de octubre de 2016

Comandante Misterio, a lo Buñuel
(minicuentos, literatura para muy ocupados)
por Franklin Bordas Lowery
¿Has conocido de cerca un comandante?…un sujeto sigiloso rodeado de un velo de misterio impenetrable. Vino del frente Sur dicen algunos, otros del frente norte, es mencionado también en el frente urbano - aunque con algunas reservas-, otros aducen haberlo visto como miembro de una columna guerrillera en el río Coco. Aunque lo más aproximado que se conoce, es que combatió en el norte, infiltrándose en las tropas enemigas, con un seudónimo que por seguridad, solo el jefe manejaba, y al que ya nada podría preguntársele, por no pertenecer éste, al reino de los vivos.
Como mudos testigos de sus azarosas escaramuzas, el comandante respalda su trayectoria, con monumentales cuadros del general Sandino y Carlos Fonseca tras su escritorio. En el respaldar de su hermosa silla ejecutiva, exhibe una vistosa chaqueta color camuflaje, que de inmediato lo identifica como importante militar, que sumado a su seriedad y porte de mando, no admite dudas.
Con el tiempo los armadores de historias, le han atribuido derribamientos de helicópteros, y otras grandes proezas militares que él ha ido recogiendo para perpetuarlas en su libro de experiencias bélicas. Este tío es un genio!, Cuentan que hasta fue profesor en la escuela de cuadros de la seguridad del estado. -Y tú me dices ahora, después de veintitrés años, cuando ya todo mundo acepta que hasta botó helicópteros con un fal en la mano, que este hombre pasó la guerra encerrado en un baño de Bello Horizonte?…
Nota : cualquier semejanza con hechos de la vida real, es tremenda coincidencia.

domingo, 17 de julio de 2016

Que muerte?
Un microsegundo de sueño que ni siquiera sentimos.
El paso a un despertar verdadero.
El tránsito del agudo sentido de la carne
al indoloro espiritu.
Un rayo que cae y una luz que se abre
¿Por qué esa guadaña oh muerte si ya he tocado
tu desnudez?

martes, 21 de junio de 2016

Venezuela: ¡Venga a nosotros tu reino!

Franklin Bordas   20/06/2016

Venezuela: ¡Venga a nosotros tu reino!


¡Venga a nosotros tu reino!, es el clamor venezolano pidiendo al cielo un cambio de rumbo para ese barco a la deriva, cuyo capitán no puede apartar ya de olas encrespadas y aguas violentas. Un navío cuyo combustible termina, y una tripulación exangüe que ha perdido el norte pero que no quiere aceptarlo, aún con amenazas de que todos sus ocupantes decidan lanzarlos fuera de borda.

Nicolás Maduro, un extraño católico romano de origen judío sefardita, actual presidente encargado de Venezuela por el dedo del extinto comandante Chávez, ha corrido detrás de cada sonido del viento buscando un mensaje más sabio que el de todos sus fallidos asesores, incluso, buscando respaldo sobrenatural como devoto del oscuro santo hindú Sai Baba —un combo de milagros y leyendas—, cuyo fondo ha sido, según investigaciones, más mercadeo y fraude que otra cosa.

Es cierto que el amor es tolerante, pero el hambre no, y allí el presidente Maduro y sus discípulos han fallado. A “Verde”, como fue el nombre clandestino que le puso Chávez, ya parece no quedarle salidas en este laberinto político y económico que ha ido construyendo, donde su mayor pecado aparte del cúmulo de decisiones erráticas muy cuestionadas por sus gobernados, ha sido el acelerado crecimiento de la pobreza que ya en el 2014 —según investigaciones de tres prestigiosas universidades del país (UCV, USB y UCAB)— el 11.3 por ciento de la población estaba haciendo una o dos comidas al día. La inflación, según cifras del Banco Central de Venezuela, en el 2015 fue de 180 por ciento, y en el presente está a 200 por ciento, dice la oposición citando cifras también del Banco Central. Esto es una fatalidad para cualquier gobierno en cualquier parte del mundo.

¡Que alegre es tener el poder para decidir a quién confiscar, a quién expropiar y a quién encarcelar! Decidir quién debe hablar y quién no. Qué leyes me deben firmar para lo que quiero hacer, qué respaldo internacional debo comprar para que me alaben, qué instituciones debo contentar para que me protejan. Y en ese submundo movedizo y artificial del apoyo comprado con divisas, en que se deja a un lado lo importante —que son los gobernados— el hambre y la salud emergen como dos espíritus rebeldes e incontrolables, que llegado el momento cobrarán con creces el haberlos despertado.

Hay momentos de la vida de los pueblos que ya las estrategias políticas no funcionan. Que ya no hay mentiras o medias verdades que ofrecer, que ya no hay noticias con que entretener, que todo es más claro que la misma luz. Si el petróleo ya no resuelve, y los demás recursos son tan escasos que no dan para solventar la aguda crisis económica del país, es más que el tiempo para decir adiós al gobierno. El presidente Maduro premiado en Nicaragua con la “Orden Augusto César Sandino en gran Batalla de San Jacinto”, debe librar la última y más difícil batalla en medio de miríadas de aduladores y socios obstinados con el poder, decir: “Hasta aquí panas”.


¿Por qué gobernantes ya inexorablemente caídos delante del pueblo no escuchan? ¿No se sabe desde siempre, que la voz del pueblo clamando justicia es la voz de Dios? Pero el poder sordo y la razón su esclava, pierden el tino aún frente al despeñadero. Así Gadafi —rey de reyes— mirando el cielo en Sirte se repetía ¿qué mal he hecho? ¿Qué mal he hecho? —Venga tu reino— claman todos en la tierra de Bolívar y más allá, y el reino viene para unos y el infierno para otros.

El autor es escritor.
fbescritor@gmail.com

viernes, 29 de abril de 2016


Buitres                   Franklin Bordas Lowery


 
Seguro que has visto a un buitre alguna vez en tu vida; y quizás no solo uno, sino decenas y centenares de buitres que deambulan por allí. Andan por las calles y parecen inofensivos y hasta cariñosos, pero no te engañes: un buitre es un buitre. -Si el águila carnicera es un símbolo exquisito de violencia en los cielos, el buitre, siendo mayor que el águila, es peor dicen, porque no respeta ni los cementerios.

 El buitre es un planeador nato, apenas bate sus alas, gana altura rápidamente con sólo imperceptibles movimientos de la cola. Desde el suelo arranca dándose un impulso, hasta podría elevarse vertical como un helicóptero aplastando los promontorios de carroña aun prendidos en sus patas. Tiene muchas facilidades para escapar de alguna persecución, rápidamente puede cruzar las fronteras si identifica algún peligroso enemigo al acecho.

 Social como ninguno, el buitre forma colonias cuando conquista congéneres con la carroña que capta. Suele hallarse en los salientes rocosos desde el amanecer, esperando que el sol caliente el aire y se formen las corrientes térmicas sobre las que planeará confiadamente con sus amigos. De este modo el buitre vuela a lo largo de todo el día sin apenas gastar energía, ya que la gula le quita la paz, posándose hasta el atardecer para descansar, luego de haber engullido su apestoso y putrefacto alimento.

El buitre se alimenta de carroña, la mayoría de las veces en franca descomposición, y otras en fase incipiente. Diríamos que socializan reunidos alrededor de un animal muerto con una rapidez inusitada. Una vez llegado junto a la carroña, el buitre se comporta de una manera moderadamente tímida, pero solo es un disfraz. Ya que al dar inicio su comilona, se enzarzan en espectaculares peleas, en las cuales suele quedarse con la mejor tajada el más fuerte y además el más hambriento.
 
Este animal feo y apestoso no es desemejante a algunos que tú conoces. Aquellos que caminan pestilentes aunque vestidos a la moda y con mucho perfume extranjero que no les ayuda en nada. Es de notar que al buitre la carroña con que se alimenta lo va transformando en un esperpento que infunde terror y animo de salir huyendo, mientras que al otro carroñero, a quien tú has visto mas de alguna vez, su exterior continua siendo impecable, solo es por dentro que se va pudriendo. Su fealdad esta dentro de sí, y ellos lo saben, de manera que cuando te los encuentras, percibes esa podredumbre no tan directa, pero igual, te invaden deseos de salir huyendo. (2016)