miércoles, 29 de mayo de 2013



Homenaje a Jesucristo Poeta
Por Franklin Bordas Lowery*

Sus libros de poesia son los maravillosos evangelios que otros escribieron, con el principio de la eternidad. Su vida, el mejor poema del mundo. El fue el amor hecho persona. Cada minuto de su misteriosa presencia, hizo historia. El mundo que lo sigue, aun hoy puede escuchar sus palabras como preciosos versos instalados en el corazon.

Sus palabras fueron pura poesía siempre. El único poeta que sin rebuscar formas, transmitía versos que hacían llorar de felicidad: “El agua que yo te daré se convertirá en ti en manantial de agua, que brotará dandote vida eterna”. Hizo que los que lo conocieron no desearan olvidar el minimo detalle de lo que vieron y oyeron.

Jesucristo no estaba inspirado cuando hablaba a las multitudes que sentían derramar de amor su corazón, El era la inspiración viviente. No necesitó escribir porque El era la palabra  viva. Su sola presencia bastaba para llenar –no auditorios- sino la mente de los que oían, como escribiendo pausadamente
palabras y palabras tan llenas de verdad y belleza, que todos querían grabarlas para la eternidad.

“Ustedes son la luz del mundo” dijo en una expresión poética- filosófica, con tal armonía de verdad, misterio y autoridad, que no existe poeta que se compare. Con esa misma autoridad y convicción nos recuerda la herencia maravillosa que espera a los que creen: “Bienaventurados los mansos porque recibirán por herencia la tierra”.

Es que sus palabras no comunicaban unicamente, sino que inspiraban. La poesía y la literatura en general apuntan a lo inefable, aclaran por ejemplo el amor, para el que no se tiene definicion con exactitud, entonces, se apunta hacia el, solo a traves de palabras llenas de armonia y contenido. Pero Jesus era algo mayor, era el poema y el poeta.

El poeta mas grande de todos los tiempos Jesucristo y el mas poderoso y humilde de los humanos que ha habitado este mundo, creó el irrefrenable deseo de los que lo escucharon, de cambiar sus vidas. Cada expresión parecía estar cifrada con una llave, a la que solo accederian los humildes de corazón. No ha existido nunca jamas nadie, cuyas palabras fueran escritas en el interior de los que lo escucharon y luego ser heredadas a perpetuidad.

 El poeta del amor, el máximo cantor de la vida, testimonio viviente del sacrificio por amor nos dice: “amense los unos a los otros como yo les he amado”. Jesucristo es mi poeta predilecto, Señor de la palabra, Señor del poder de la palabra, dueño de la musica de la palabra y la expresion viviente de ella. Jesús es el Señor de mi vida.



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